Con este mundo así, no veo un cine honesto. No me llena la pantalla. Claro que siguen habiendo grandes películas, excelentes profesionales dentro del séptimo arte. Es que hoy no veo que nuestra sociedad globalizada cambie. Trato de vivir en una realidad que cada día me decepciona más.
Escribo el siguiente ensayo, no es una descripción exacta ni coherente. Solo palabras lejanas a describir un sentimiento.
Claro que lo sé.
Existe el sentimiento, como un pensamiento constante que ordena abatir mi pecho. Quizás solo sea que comienzo a sentir cuando respiro o un simple llanto seco.
Que acaso todo el mundo conspira, sin creerme con egolatría el único protagonista en esta comedia. Amanezco repetidamente en mi noche, no descanso. Es solo un intento por escapar algunas horas del peso que me da la conciencia. Especulo con mi día, recuerdo que te recordé. Entre un café negro sin azúcar, más dulce que el encabezado en este diario. Comenzamos a pensar que decadencia y década tienen la misma raíz, por qué un inicio de siglo tan especulativo, sin forma ni fondo. A caso todos sentimos lo mismo, ser hijos de Dios fue un papel que nos quedó grande.
El hombre autodestructivo, que se jacta de pensante. Hoy en día creo que es irreverente. Entre consumo y violencia, veo como vamos al abismo. No nos podemos detener. Cuando pensé por algún momento que el amor era eterno, hoy solo veo una historia que lleva terminando desde su inicio.