Claro ahora me cuadra todo, un científico le dio nombre a lo que era el mito de la frigidez en las mujeres de 25 a 35. Esos seres llenos de inseguridad y trastornos mentales que hacen que sea un letargo despreciable intentar llevarlas a la cama a darles una buena follada. La era actual con todas sus exigencias ha expuesto a estas féminas a una cultura que se antepone a su llamado molecular. Un porcentaje cada vez más elevado padece de ese síndrome : El clítoris de hielo.
Es muy fácil detectarlas, se les ve haciendo selfies elaborados en Instagram y las de un segmento socioeconómico más bajo en Facebook. Porque la que es una mujer que vive su sexualidad libremente no tiene esa desfachatez técnica en ocultar sus inseguridades con un lente japonés y un filtro programado en una cochera de California.
Si a ti te hablo mocosa, ser que piensa que los convencionalismos no son para ti. Escucha no es un convencionalismo, tu cerebro reptiliano es el que te incita a querer estar cerca de un hombre. Pero las capas que lo recubren te hacen no saber que hacer. Son esas capas las que te hacen saber que eres un ser frágil y sujeto a ser humillada del corazón.
El síndrome de clítoris de hielo se quita frotándolo constantemente contra un pene de preferencia con condón en el caso de las que no son monógamas. Esto irá descubriendo la verdadera personalidad de tu líbido sexual. Va a doler al inicio, quizás más que cagar con hemorroides o parado. Por eso se fuerte niña, tómate unos tragos y lleva lubricante en tu bolsa. Nunca sabes cuando requerirás de este.
De igual modo te recuerdo que el consolador de plástico con venas marcado, sí, ese que compraste en una Sex Shop de baja categoría jamás te dará esa experiencia de sentirte parte del ciclo cósmico. Ese ciclo que nos hace buscar la eternidad a través de la reproducción.
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