Mito del tiempo estático

Desconozco el paso de mi tiempo, horas como segundos robándose los instantes inolvidables de mi historia. Lentamente ese reloj devorador de vidas se apega más a la mía. Como si de repente todo fuera un sueño infinito con sospechas de un posible final. Detener la marcha de los días es algo que busco aprender, pararme en medio de una ciudad estática donde pueda sentir mi propio corazón a través de momentos inmóviles. Aquel pájaro alimentando a su gorrión o la pequeña niña jugando con su globo en el parque. Escenas tan cliché y simples, pero con un fuerte mensaje de lo bello en la vida. (Carajo¡ que clase de burdo escritor me estoy haciendo)

El debate eterno sobre si la vida es un ciclo constante o una línea finita es un dictamen que nos dará nuestra muerte. La fe ayuda a sobrellevar esa gran pregunta, pero siendo muy escépticos existe la gran posibilidad de que no tengamos nada más allá que un noble corazón y un par de labios para besar. Y la vejez será simplemente la insoportable sensación de saber cuál será el último latido.

Extraños

Mirarnos como dos extraños es algo que aprendimos con el tiempo. La indiferencia fue quien nos enseñó a ignorarnos repentinamente. Todo se ha convertido en un luto que no puedo llorar. Y nadie me da el pésame tan inútil, pues cuando mueren en tu corazón hay que sanarlo solo. Te miro a lo lejos y sé que ya no eres tú, pues has perdido la sonrisa al igual que yo. Que demonios hacemos viviendo en un mundo donde no existimos para el otro. Seremos felices sin verlo ¿que más da? En su momento cada quien escogió ese camino pedregoso y solitario. Ahora bien, solo me queda terminar este párrafo que jamás leerás.

Breve Ensayo sobre el Naco Mexicano ( Pachuco Nacional)

Es el catalizador de la sociedad auténtica mexicana. Entra de lleno como un agente de folclor que exhibe nuestro más puro sentir. Empieza desde su vestimenta como un medio de expresión de sus más profundas pasiones. Utilizando como sus principales motivos: el fútbol nacional, alguna banda de música que suene constante en las cantinas del barrio o cualquier mala combinación que refleje el exceso de estética en el vestir. Hablando diariamente de sus héroes como podrían ser algún futbolista famoso o un luchador enmascarado. Es así como inician su día con base en harina frita en aceite quemado y alguna pieza de puerco. Apreciando la belleza femenina como nadie, con un buen chiflido o halago en forma de piropo denota su simpatía por la "güerita" que va cruzando la calle.

Escuchamos de todo tipo de frases ingeniosas, reflejando su avasallante espontaneidad verbal. Envidiada por este humilde pseudo-escritor que hace un intento por definir al personaje más carismático de nuestro diario vivir. Campeón en el albur y el más audaz protector de su madre y hermanas. Que no se le ocurra a nadie deshonrar a su madre, pues menuda batalla le espera. Ahora bien, no nos queda más que seguir disfrutando de este personaje, del cual cada uno de nosotros lleva algo.

Desayuno con la Amargura

Buenos días amargura, no te humilles más en tu cordura siniestra. Ya amaneció en el horizonte un sol incandecente para los hombres. Deja de pasearte por estos rumbos que ya saben de tu mala fama oscura. Aunque te agradecemos todas las enseñanzas y más que nada, tu habilidad para escondernos el goce. Sin ti no valoraríamos las bondades de la alegría. Hoy que convive con nosotros y nos brinda sus mieles dulces, la felicidad abunda en los corazones.

Noches de ti ( en unas cuantas líneas)

Notas de piano que calan sutilmente lo más hondo de nuestro recuerdo. Se congela el tiempo por algunos segundos y pensamos…pensamos. A veces no alcanza la noche para indagar la historia, es más que un insomnio. Es la total desolación acompañada por la luna radiante. Reflexión en palabras recorre mi mente, redactando la penitencia del alma triste. Cuándo voy a dejar de tener estas noches sin un sueño de ti.

Entre lo Cotidiano (Cuento Corto)

Suena el tétrico silencio fuerte, no escucho nada más que su estruendo. Es de esos lunes, que desde la ventana se ven sin el bullicio cotidiano en el pueblo. Ni el perro latoso de la vecina ladra tras su oxidada reja jamás pintada (especulo yo). Es que es día de la Virgen del pueblo. Todo mundo se ha ido a la romería, excepto en mi empresa. Ya que el dueño es un algo ambicioso judío. Creo que es un buen momento para prender mi regadera y disfrutar los pocos minutos de agua caliente. Es que mi papá tiene la obsesión por el ahorro de gas, y ya estoy cansado de la eterna pelea de subir y bajar la rondilla de temperatura. Mejor me ahorro los gritos y me apuro para poder desayunar un plato de “riquísima” avena o un par de “suculentos” huevos fritos. Es que hoy llevo de sobremanera prisa por salir a mi rutina diaria, quedé de verme con Elisa en la comida. Es tan bella (que mujer tan regia).

Llego a mi oficina un par de minutos antes de lo normal. Creo que es el momento ideal para hacerme un buen café cargadito. Así me evito en la cola la trivial y absurda charla con mis compañeros de trabajo.¿Qué tal marcha todo? ¿Cómo te amaneció? ¿Qué pendientes tenemos para hoy? O el clásico ¿Cómo ves al chiverio para la liguilla? Que no se dan cuenta que finjo cada palabra dentro de esas irrelevantes pláticas (El fútbol dejó de ser de mi interés en la secundaria) .Seguramente ellos hacen lo mismo al enfrentar uno de mis ácidos comentarios, según yo amenos y satíricos. En fin ya faltan solo cuatro horas para ver a Elisa, entre el teclado y las llamadas se irán como agua entre las manos (decía mi abuelo) espero.

Ya es hora, mejor me apuro para llegar al único restaurante abierto. Es uno de esos de franquicia americana, que no cierran ni en Navidad. Comida sin sazón, pero eso sí muy higiénicos en teoría para el tercer mundo latinoamericano. Ella llega radiante con una sonrisa que la hace lucir aún más bella. Llega (dejando una estela de aroma inolvidable), me saluda (un beso y un cálido abrazo que me estremece) y ordenamos un sándwich cada quien. Yo pedí uno de pierna de pavo (espero que se vea como en la foto del menú, pero eso jamás pasa). Comenzamos a platicar como siempre entre emociones y anécdotas recientes. Siempre me ha gustado, pero desde hace unos meses más. Últimamente no nos hemos visto por su nuevo trabajo en el banco, el cual le trae muy ocupada. Es recepcionista en el mostrador de informes, ya que de cajera sería un absoluto fracaso. No es digamos un genio en matemáticas básicas.

Mediante se va dando la plática me confiesa algo bastante imprevisto. Que en su trabajo ha conocido a un hombre fantástico y excepcional. Uno de esos que podemos denominar un buen partido. Y que piensa casarse con él después de un corto noviazgo de un mes (típica mujer idealizando en un breve tiempo un príncipe azul). Que espera verme en seis meses ahí en la iglesia para compartir ese importante momento de su vida. No me queda más que aceptar muy amablemente fingiendo gran gusto. Pero lo que en realidad llegó a mi mente fue decepción al ver lo impulsiva e inmadura que llegó a ser. No la culpo el amor es muy canijo siempre. Si tomó la decisión correcta no lo sé (espero que no), pero eso ya no es importante. Por guardar un sentimiento me he quedado con las perras ganas de sacarlo.

Creo que no me queda más que regresar a mi gris oficina. Volver a planear como salir del encierro de lo cotidiano. Cada día se vuelve más difícil, más bien, yo creo que se ve más distante esa vida soñada. Elisa no era la salida ni entrada a mi destino, tal vez vendrá luego algo más.

Estaciones del Corazón

Hay estaciones en el corazón, argumentan los fuertes latidos en el pecho. Con una primavera que me recuerda mi adolescencia, llena de emociones que acaparaban mis sentidos. El jugueteo de mis hormonas lanzándome a la vida, quizás naciendo en el amor como cuando el pájaro sale del nido. Esperando ansioso el momento para volar hacia un horizonte desconocido.

De repente llegó mi verano, impactando el seno de mi alma con fuerza. Viviendo con intensidad la hombría que Dios sabiamente me dio. Mi corazón cargando ya con el complemento de tu amor. Dirán muchos la plenitud, para mí más que el todo.

El aire seco y frío del otoño fue matando mi más profundo placer. Como una señal de que el corazón se me empieza a congelar. Por qué me siento solo a momentos. Me han abandonado los buenos sentimientos, Ese maldito Octubre se ha colado húmedo en mi pecho. Ya no vibra de júbilo ese corazón inquieto

Ahora me pregunto, ese corazón se congela. Será que me muero? No quiero que se termine este solitario invierno. Sé que para mí ya no hay primaveras.

Amanecer en Sábado

Es tan fácil amanecer en sábado, dicen por ahí algunos incrédulos. Que no han usado alguna vez este par de gastados zapatos. Claro que entre un par de sueños y dos tragos, uno se desboca tal cual potro brioso por la vida. Es que algún día un par de viejos me han comentado sobre la filosofía del auténtico rancho. Donde el arte de la vida radica en lo más complejo: Apreciar lo más simple. Yo con mi sinnúmero de complicaciones, que hoy me atrevo a decir estúpidas. Simplemente no lo logro.

Pero como me he divertido, según Yo. Lo más irónico, cómo se han divertido conmigo (de mí). En fin la película de mi vida se tambalea entre una típica cinta de Woody Allen y un clásico mexicano del Indio Fernández. Carajo¡ como he llorado con los desamores, aunque ya una vez llorados, los bendigo por las enseñanzas. Seguiré como un vago perdido recorriendo mi destino. Sin saber a dónde llegue al final, solo deseando un desenlace que no defraude a mi audiencia, como estos dos párrafos mediocremente escritos.