Es tan fácil amanecer en sábado, dicen por ahí algunos incrédulos. Que no han usado alguna vez este par de gastados zapatos. Claro que entre un par de sueños y dos tragos, uno se desboca tal cual potro brioso por la vida. Es que algún día un par de viejos me han comentado sobre la filosofía del auténtico rancho. Donde el arte de la vida radica en lo más complejo: Apreciar lo más simple. Yo con mi sinnúmero de complicaciones, que hoy me atrevo a decir estúpidas. Simplemente no lo logro.
Pero como me he divertido, según Yo. Lo más irónico, cómo se han divertido conmigo (de mí). En fin la película de mi vida se tambalea entre una típica cinta de Woody Allen y un clásico mexicano del Indio Fernández. Carajo¡ como he llorado con los desamores, aunque ya una vez llorados, los bendigo por las enseñanzas. Seguiré como un vago perdido recorriendo mi destino. Sin saber a dónde llegue al final, solo deseando un desenlace que no defraude a mi audiencia, como estos dos párrafos mediocremente escritos.
No comments:
Post a Comment