Sentir recordando

Realmente la vida nos va enseñando poquito a poco de qué se trata todo esto de abrir los ojos una mañana y lidiar con la existencia. El sentir nos hace catalogar los momentos y nunca olvidarlos. El primer beso, el primer amor que jamás olvidamos. Lamentablemente la antitesis de todo esto es dramática para el alma. No sé si sea un peso insoportable o una escusa para llorar. Pero creo que el recordar esos sentimientos y vivencias es lo que le da una preocupación al corazón.

Me arrepiento de haber amado y de amar. No. Me arrepiento de mi manera de tomar, a veces, más que nada cuando expongo mi vida por unas copas sin sentido y abusando. Vendiendo mi integridad por nada. Coqueteando con la diabla que nos mal influencia, presionado por esos mismos sentimientos. No me culpo, entre juventud, inmadurez o un posible alcoholismo no sé que sea. El cúmulo de sentimientos, las puertas que me cierro y las que me abro.

Llegar a tu casa sin saber como llegaste, amaneces y listo. Te asomas por la ventana para ver si no dejaste el coche a media calle. O el radio prendido por error. Esas noches de borrachera, de irresponsabilidad de abaratarnos. No quiero hablar sobre la bebida, no quiero hablar sobre mí. No quiero hablar de nada. Líneas de texto, mera masturbación mental que azota mi mente. Me desahoga este blog, no lo sé. Escribo por escribir, siento por sentir. Vivo por vivir.